Pero aunque suene ilógico, mi día fabuloso no empezó hoy, ... en realidad inició ayer.
Cuando saliendo de la escuela donde trabajo, fui a la tienda conocida donde venden pantalones de tallas grandes.
Y es que la gente no sabe, que cuando tienes sobrepeso, es una tortuosa lucha comprar ropa.
Ves todo el tiempo cosas que no te quedan, lindas blusitas que jamás utilizarás... ropa a la que tienes que hacerle remiendos, aunque la acabaste de comprar.
Una de las partes que significan mayor tortura para mi, es que la ropa para "flacas" es muchísimo más económica que la ropa para nosotras. Pero la cosa es exagerada!... y no por eso quiere decir que es de mejor calidad.
Supongo que es un asunto de mercadotecnia, que simplemente yo no comprendo.
Al final, luego de visitar unas "chorrocientas" tiendas y demás buhoneros... terminamos comprando lo que nos queda, que por supuesto, no se parece a lo que queríamos desde el comienzo.
Claro está que luego de unos años una aprende a bajar sus expectativas, y va como resignada.
A los hombres no les pasa igual, porque en la sociedad en la que vivimos es aceptado un hombre con sobrepeso, y no solo "HAY" las tallas, sino que tienen variedad de colores y todo.
Así que cuando salí de la escuela pensando en comprar ese pantalón, en mi mente merodeaban todos esos antecedentes traumáticos de compra.
Lo más triste, no fue que en esa tienda ya no les quedaban pantalones de blue jean "grandes"... sino que los que si tenían, eran con "elástico" (o liga), es decir eran para mujeres embarazadas.
Luego de recoger la mandíbula que se había saltado del susto, al ver aquel horroropantalón... Salí de la tienda casi que pegando gritos.
Pero ni modo, debía someterme un poco más a humillaciones si quería comprar el susodicho pantalón.
Y es que NECESITABA!! con carácter de urgencia un pantalón de blue jean para este viernes. Solo tenía un pantalón bluejean en casa pero que se rompió de desgaste entre las piernas. Le di "pela" a esos pantalones, hasta su muerte!. (seguramente derivado del hecho de que le huyo a hacer compra de ropa)
Así que me dirigí a la segunda tienda y, para hacer el cuento corto... no tenían de mi talla..
Se me estaban acabando las opciones y el tiempo, así que me dirigí a casa a pensar.
Para horas de la tarde había decidido llevarle los viejos pantalones a una sastre, para que me dijera que opciones tenía de repararlos.
Cuando me levanté esta mañana ya esa preocupación había desaparecido de mi mente, porque anoche con la máquina de coser de mi mamá, aun sin muchas destrezas en ella, los reparé yo misma.
Hice algo que me causó mucha satisfacción: para quitarle la parte "fea" tuve que reducir unos 4 centímetros a cada pierna...
Y ahora mismo los tengo puestos. ¿saben lo que significa?... que mi ropa me esta diciendo que estoy bajando de peso!!.
No es lo mismo que la balanza te lo diga, una tiene que tener evidencias. y para mi, lo fue este pantalón remendado.
para mi, es el pantalón más bonito del mundo!. Antes me quedaba apretado y ahora, aun quitándole esos últimos 4 cm... me queda bien. Pronto subiré al blog una foto con mis nuevo-viejos pantalones.
Los pantalones del orgullo! de la esperanza... de la señal de que debo seguir luchando.
Veo en mi futuro no muy lejano, que se acabó la tortura de las tiendas de ropa.