Esfuerzos compartidos y metas compartidas

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viernes, 30 de marzo de 2012

Historia de terror



De recordarlo, se me pone la piel de gallina...

El teléfono rompió el higiénico silencio que dominaba la habitación...

Tuve que esperar que sonara una segunda vez para cerciorarme de que no fue todo en mi imaginación. Había pasado una noche terrible y las angustias aun no se acababan.

Justo estaba soñando despierta con mi cama cuando me abofeteó el segundo timbre del teléfono.

Mi madre había justamente subido a fumar su tercera caja de cigarrillos, fruto de los nervios y la espera.

Así que cuando la señorita al otro lado de la línea me dijo que debía ir a quirofano, porque el cirujano que estaba operando a mi papá había solicitando hablar con un familiar; Todo mi cuerpo pesaba al menos unos mil kilogramos extra, y del susto, la somnolencia que tenía huyó de mi cuerpo, dejando a su paso la simple y mortificante pregunta: ¿por qué me llamaron a quirofano?

Ese martillante pensamiento solo abandonaba mi cabeza, en las ocasiones cuando me preguntaba si debía avisarle a mi madre que nos llamaron a quirofano.

En mi cabeza, todo el trayecto al susodicho lugar, vacilaba como jugando al poker, ideas macabras de la condición de mi padre, y también el: "le escribo a mi mama?", para luego pensar en otros escenarios en los que mamá caía por las escaleras, fruto del apuro por saber de papá.

Luego de mucho caminar, me encontré con una enfermera que aparentemente me estaba esperando pues me preguntó directamente: "¿familiar de la habitación 107?"

-Si- afirme, sin que me inmutara el hecho de que disminuyese a mi progenitor a un simple y común número.

Seguí otro trayecto interminable hasta una puerta deslumbrantemente limpia. Estaba limpia de una forma antinatural.

La enfermera me dejó, luego de dar el salto y seña, en su "tocar" a la impecable puerta.

Miraba hacia dentro, por la ventanilla esperando ver a mi papá. Y tuve que esperar un rato más, de hecho volvieron a molestarme como abejas al panal, el motivo por el cual yo era necesaria.

Llegó un enfermero con uniforme diferente, y me hizo la misma pregunta, pero esta vez al irse dejándome parada en el mismo lugar donde estaba plantada, olvidó cerrar la puerta así que eché un vistazo a su interior, buscando pistas.

Lo más horrible del lugar, que era sencillamente un pasillo con varias mesitas y bandejas con instrumentos quirúrgicos, era lo extremadamente limpio y blanco del lugar.

Para mi, esa blancura era fácilmente "llenable", con cualquier ingeniosa y trágica escena de mi archivo cerebral de películas de terror. Lo sentí como un  lienzo en blanco, preparado para que pintara mis más terribles temores.

En estos momentos maldije mi creatividad, pues con tanta imaginación y ni una sola idea buena.

Escuché risas a lo lejos, conversaciones que no tenían sentido para mi, y recuerdo que en ese momento me llenó una pacifica sensacion al pensar "no se estarían riendo si mi papá hubiese muerto en su mesa".

Pero pronto mi mente detuvo mi optimismo, diciendo: "es posible que esten tan acostumbrados a la muerte, que sus sentimientos sean inmunes a un evento como ese".

Y otra vez "por qué me llamaron para acá"...así que para evitar volver a someterme a esa tortuosa lista de imagenes horripilantes del destino de mi papá, decidí escribirle a mi mamá. Despues de todo ella también debía tener la información que estaban por darnos.

Segundos luego de enviar el mensaje por el celular, aparece a lo lejos la voz del enfermero repitiendo por cuarta vez a un, aparentemente sordo doctor, que estaban los familiares del paciente 107 esperando para hablar con él. Esta vez escuché algo distinto, en respuesta:

-ok, voy a atenderlos.

Y mi corazón, parece que también tenía la oreja pegada, porque enseguida se aceleró de una forma en la que agradecí no padecer de deficiencias cardíacas, porque podría haber sufrido un infarto.

Al fin veo una figura rompiendo la blancura del estéril espacio, "este debe ser el doctor", mientras acortaba con sus pasos el espacio entre ambos, estudié su rostro en búsqueda de alguna nueva pista, y no descubrí absolutamente nada

Recuerdo que sus palabras tuvieron mucho impacto en mi forma de sentir, tal y como si me inyectasen un sedante potente.

A medida que el doctor decía los cuidados que debía tener mi padre en adelante, sentía como miembro a miembro, dedo a dedo, todo mi cuerpo abandonaba el estado terrible de nervios en el que me encontraba.

No había pasado un segundo cuando vi a mi madre cruzando y repasando mis pasos para hubicarse en la misma situacion en la que me econtraba hacía horas, o al menos horas parecieron.
 
La cara de mi madre, a diferencia de la del doctor, fue mucho más fácil de leer: y estaba poblada de preocupaciones. Supe en ese instante que mi pobre madre estaba tan preocupada como yo lo estuve hasta hace menos de un minuto.

"Estamos muy contentos por que todo salió muy bien en la operación", fueron las palabras del doctor, y no puedo estar más de acuerdo con ello.

.___________________________♥_________________________.

Justo ahora estoy escribiendo desde su habitacion en la clínica miesntras descansa de un largo día de visitas de familiares y enfermeras de todo el día.

La tension previa a la operacion de mi padre, me hace pensar que ahora que ya pasó la peor parte, todos estamos mucho mejor.

a mi padre le espera una larga recuperación, seguida de un reposo absoluto que de seguro no se tomará tan literalmente como debería.

Con los nervios de la operación, no seguí tan al pie de la letra la dieta como debí.

siento que ese fue el motivo que en el pesaje de hoy, se reflejaran 200gm extra en referencia al pesaje de la semana pasada.

mi esperanza es que la semana que viene, ya que es "semana santa", y no trabajo ni estudio... pueda salir a caminar como necesito.

siento que mi pesaje titila como lucecita navideña "baja-sube-baja-sube"

mi aliento es que hasta ahora subo poquito y bajo bastante, pero de igual forma no me siento feliz con este pesaje.

siento que con el estress de la operacion de mi papá, estaba a prueba mi determinacion... y ahora pienso que fallé estrepitosamente en la dieta.

solo me resta continuar, no rendirme, y que la semana que viene me vaya mucho mejor.

3 comentarios:

  1. Me dejaste agotada con lo que escribistes, tienes madera de escritora y experimente todo ese terror que ibas describiendo, ese personal medico tan insensible que ponen al familiar a sufrir porque a uno se le pasa por la mente todo eso que pensastes. A cualquiera le podia haber dado un infarto por tanta tension, gracias a Dios que todo salio bien. No te preocupes por esos pocos gramos con el stress que viviste no es para menos.

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    1. gracias por tu apoyo arelis... si, definitivamente debería considerarse negligencia médica ponerme en esa situacion... por ejemplo si hubiese sido el caso de mi mamá, te aseguro que le da un "patatús", porque sufre de la tensión.

      lo mejor fue que yo, una muchacha joven, aguantara y no mi mamá. y bueno lo de la dieta no me deja contenta para nada... pero la semana que viene le doy duro duro!, ya te contaré
      otra vez gracias por estar pendiente ♥
      PD: estamos llegando a casa de la clínica hoy

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